A los dos últimos (hasta hoy) legionarios muertos en Afghanistan, a manos de un soldado afghano que, premeditadamente (*) y sin aviso, les disparó a bocajarro mientras preparaban unos refugios en el curso de una misión conjunta (**).
A ambos se les concede, a título póstumo, la Órden de Caballero de la Legion de Honor, al igual que, con motivo del primero de año, a varios otros legionarios, afortunadamente vivos.
Coronel Von Rohaut
(*) Al ser abatido por los compañeros de los legionarios, se pudo ver que el tirador se había vestido con ropa interior blanca y limpia y se había recién rasurado; prueba de su decisión de autoinmolarse en nombre de Allah.
(**) Dios me libre de decir aquello que todos los "putos moros" son unos traidores. Pero los voluntarios afghanos a los que los occidentales instruyen (y pagan) para formar su ejército, son de todo menos de fiar. Algunos se presentan voluntarios para ser instruidos en el uso de las armas pero con la idea ya formada de sacrificarse, dar su vida de fanáticos "kamikazes", para realizar un acto de terrorismo desde dentro en cuanto les sea posible. Otros quizás se ven presionados, con amenazas a sus familias, para que giren sus armas contra sus instructores. Lo mejor y ya lo he dicho varias veces, quizás sería dejar que se maten entre ellos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario