Y leyendo las necrológicas (y esto ocurre con la mayoría de los que se mueren, por más sinvergüenzas que hayan sido en vida) tal parece que ha muerto el mismísimo Mahatma Gandhi.
Y no, del super facha y franquista hasta su muerte (nunca renegó de él) Don Manuel Fraga Iribarne, del que como dice algún columnista avispado siempre fue un trepa y un agarrado al poder, fuera el que fuera y si éste cambiaba (como en la transición) el cambiaba justo lo mínimo para seguir, no puedo olvidar lo que dijo y no hace tantos años, cuando Franco ya se estaba pudriendo, "Si hace falta, contra Catalunya, volveré a coger el fusil..." o bien "si hace falta volveremos a mandar los tanques".
¡Olé tus cojones! Como cuando aseguró que se moriría sin usar jamás condón...
Y se equivoca Roca i Junyent (o no, porqué quizás piensa lo mismo) cuando asegura que Fraga cambió de punto de vista y acabó considerando que era bueno el sistema de la autonomía de Catalunya; coño, claro, como que con él se aseguraba la supeditación catalana a España...
En lo único, y no es poco, que he de reconocer la valía moral de Don Manuel, es que después de tantos y tantos años de poder, ha muerto más bien tirando a pobre. No se le ha sabido nunca de ninguna operación corrupta o especulativa en beneficio de su propio patrimonio. Y esto que debería ser lo normal y no debería hacer falta ni comentarlo como un hecho relevante, en España y por poco frecuente, es casi un milagro de la Santísima Virgen de la Esperanza.
Coronel von Rohaut
martes, enero 17, 2012
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2 comentarios:
Era un oportunista, algo voceras. Pero impresiona su currículum y no dejó de presentar soluciones a ciertos problemas (Administración Única)que hubieran evitado el caos y la desorganización. Aprendió autonomismo en Galicia y fue un buen presidente de la autonomía; como ministro de Información y Turismo no lo hizo mal, dentro del régimen. En el debe, su firma ante el fusilamiento de Grimau.
Todo el mundo tiene derecho a rectificar pero él no lo hizo ya que no hace tanto todavía quería coger su fusil y levantarse de nuevo contra Catalunya, o volver a enviarnos los tanques. Lo dejó grabado y escrito, y cada hombre es prisionero de sus palabras.
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