Veo un programa de televisión sobre la investigación en España y se muestra, como paradigma, el Centro de Investigación Príncipe Felipe, de Valencia.
Hace caer de culo lo que es el edificio en sí y el contexto en el que está ubicado, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, creo que diseñado y erigido por Santiago Calatrava (*): grandioso, monumental y hasta demasiado escultórico, faraónico y kolossal y en el que, en los primeros años, se despilfarró a manos llenas, con equipos que jamás se usaron ni se usarán. Y no lo dicen pero deduzco que las comisiones y desviaciones de dineros hacía los bolsillos izquierdos, como decimos en catalán, serían notables.
Pero ahora el PP ha recortado las subvenciones (**) de forma brutal y se ha despedido a casi todo el personal de investigación. Pasillos vacíos y salas fantasmagóricas (***); investigaciones interrumpidas en seco y tubos de ensayo metidos en un cajón.
¡Qué país...! ¡Qué mierda! ¡Qué rabia!
Coronel Von Rohaut
(*) Que cobró, en la epoca gloriosa del ladrillo de Valencia (región donde la corrupción fue, quizás, la mayor de España) un pastón de la de Dios, que le fue abonado en Suiza, donde reside.
(**) Como en toda España, menos en el País Vasco donde, al disponer de su Hacienda propia y no tener sus impuestos robados por el Estado central (como nos ocurre a los catalanes), este año han incrementado su presupuesto dedicado a I+D, que ya era superior a la media española. ¡Olé sus cojones y qué envidia!
(***) Casi como los edificios de la Expo de Sevilla, que también nos costó un riñón, menos a los sevillanos.
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