Los mercados son una auténtica institución mediterránea. No voy habitualmente al mítico de "la boquería", en las ramblas de Barcelona, pues queda lejos de la parte alta de la ciudad en la que resido; pero hoy he ido al mercado de mi barrio con la idea de comprar un poco de bacalao para condimentarme un "bacallà a la llauna" que es un manjar delicioso. Recuerdo que el gran "gourmet" y publicista de la "haute cuisine", el periodista Nestor Luján, siempre decía que el "triángulo del bacalao" era el formado por las ciudades de Barcelona, Bilbao y Lisboa.
Pero hoy no tenían "morro" del grueso, el que se deshoja, y que es el ideal para el plato que yo quería y lo he dejado para otro día, si Dios quiere.
He aprovechado para desayunar en el bar del mercado (los bares de los mercados son, habitualmente y salvo excepciones nefastas y diabólicas, unos lugares excelsos para desayunar y además al que yo voy, la hija que hace las tortillas, la Raquel, tiene un buen par de sabrosas y turgentes tetas) una buena y abundante ración de tortilla de berenjenas, aceitosa "comme il faut", regada con una copita de rioja fresco. Y cerrando con una café con leche largo, en vaso, "dopado". Yo soy un entusiasta del "dopaje" y para ello utilizo el Rom Pujol, el mejor para los "carajillos".
Y a los moros, que los mate Dios (*).
Coronel Von Rohaut
(*) Un amigo mío decía que la frase correcta era: "I als carlins que els mati Deu, que per això els va fer ell".
martes, junio 05, 2012
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