jueves, junio 21, 2012
La colonización cultural americana
Yo soy y creo que no hace falta recordarlo, un gran admirador del pueblo y la sociedad americana. Y soy un buen bebedor de "Coca Cola" (la original y nada de marcas "clonadas", ni mariconadas como las versiones "light").
Pero esta mañana que, como algunas veces, he ido a desayunar a un lugar donde ponen un bocata de jamón ibérico, de Guijuelo y excelentemente curado, con un buen grosor de jamón, cortado muy fino en viruta pero poniendo bastantes lonchas, con el panecillo un poco, solo levemente, tostado, y untado con tomate o sea, "pà amb tomàquet" pero el tomate ( de "pera" o "tomacó") restregado sobre el pan y no poniendo una cucharada de pulpa como hacen algunos descerebrados y maníacos sexuales. Y, naturalmente, con una copita de buen Rioja tinto, un poco fresquito (*).
Algunos clientes se toman el bocata de ibérico con una copa de cava "brut", fresco y burbujeante, lo que tampoco está nada mal. Y si lo que comes es una tapa de lonchas de jamón, lo suyo y apropiado es un finito de Jerez o una manzanilla fina piedra del Puerto de Santa María. Y si vas mal de pelas o has caído en algún corralito bancario, el humilde Moriles o cualquier amontillado cordobés hace las veces.
Pero muchos, demasiados para la salud mental de la población hispano-catalana, piden una "coca-cola". Esto, con el ibérico, es un sacrilegio y debería estar perseguido por la ley. O, por lo menos, los que perpetran tamaña aberración palatal y organoléptica, deberían ir a la iglesia a confesar su pecado.
Coronel Von Rohaut
(*) Es lo que tienen ya que el Penedés tinto que sirven no está a la altura, y aunque mi cuñado y algún amigo se cabreen que no beba siempre vinos catalanes. Tampoco estaría nada mal un tinto de Toro, pero tampoco tienen.
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2 comentarios:
Millor Pepsi que Coca-cola.
Not for me, my dear...
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