domingo, octubre 14, 2012

Cosas que perduran, cosas que desaparecen


Bajo muy raramente al centro de Barcelona y al Casco Antiguo pero hoy he tenido que ir al local de mi partido para votar en las primarias (*).

Y he aprovechado para pasear (flâner, que dicen los gabachos) y tomarme una caña con calamares a la romana en el único bar, la "Cerveceria Canarias", que queda en la Plaza Real, de los tiempos antiguos. Y nada que ver con los calamares de mi infancia, cuando iba con mi padre y que hoy es un lugar de "guiris".


En la calle Fernando (ahora Ferrán) y donde estaba la pastelería a la que yo todavía fui, de recién casado, a comprar los turrones de Navidad ya que los de crema eran su especialidad y a la que antes había ido con mi padre y mi tío y ellos, a su vez, con su abuelo (que era pariente de los dueños de entonces), es ahora una tienda de galletas; pero en la fachada y arriba todavía conserva los letreros originales de cristal y que rezan "Casa Massana fundada el 1835".


También permanece y todavía voy de cuando en cuando, una famosa tienda de bocadillos en la Plaza San Jaime, al lado de la Generalitat, y abierta en el año 1951, "Casa Conesa". O sea que cuando yo iba a tomarme un bocata de lomo cuando trabajaba por allí cerca (el primer sitio donde trabajé, en la Plaza Berenguer el Gran), estaba recién inaugurada.


Pero me ha sorprendido ya que estaba seguro que esto ya ni se conocía, ver en la Pastelería La Colmena, de la Plaza del Ángel/Via Layetana (**), un escaparate lleno de "bolados". Es una especie de espuma de azúcar con sabor a limón (pero ahora los hay de varios colores y deben ser distintos sabores), que mi padre se compraba y los sumergía en un jarro de agua fría, donde se iban disolviendo y dando un poco de sabor; era un refresco antiguo y barato...


Lo que si ha desaparecido es, en la calle Llibretería (y nunca tan acertado), una librería "de viejo" a la que yo iba a comprar libros de espionaje, franceses, usados y que luego me los iban cambiando por unos pocos céntimos. Una forma barata de leer toda la colección...

Ni los tiempos pasados fueron mejores ni ahora todo es superior. Y los recuerdos, la memoria, es selectiva y lo malo se olvida, afortunadamente. Pero la nostalgia permanece.

Coronel Von Rohaut

(*) Quizás somos el único partido político de España, o uno de los pocos, que hace primarias para confeccionar las listas electorales. Luego, los demás se dicen democráticos cuando las listas cerradas las confeccionan las cúpulas endogámicas de los partidos.
(**) Un cliente y buen amigo mio (de hace muchos años y ya fallecido), un judío residente en Bogotá (Colombia), cuando venía a Barcelona (generalmente de camino a Israel a visitar a su hija que vivía allí), gustaba de pasear por la Vía Layetana (última foto de arriba); decía que le recordaba mucho algunas calles de su Varsovia natal de antes de la guerra y de la que su padre le pudo hacer huir, con un hermano suyo, antes de la invasión "nazi"; el resto de su familia desapareció, claro.

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