Un militar americano que formó parte del equipo que, hace unos pocos años, intentó formar/entrenar a las unidades de "Fuerza Especiales" del Mali, actividad que cesó cuando un golpe militar derrocó al presidente electo,
constata que los malienses estaban pésimamente organizados y sin ningún liderazgo.
Que el estatus familiar y no los conocimientos o habilidades son los que determinaban si alguien sería oficial o no.
Que el nivel de corrupción de los oficiales era igual o superior a los de Irak, donde los oficiales se vendían, para su enriquecimiento personal, parte de los suministros.
Y que los soldados, por un dólar, se volvían en contra de sus superiores y se pasaban al Aqmi, que entraba en los poblados y que en lugar de decirles a los civiles "no matarás", les decían que era bueno "matar a los no creyentes". El entorno religioso es muy importante por aquellos lares (y otros...).
Coronel Von Rohaut
miércoles, febrero 13, 2013
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