martes, febrero 26, 2013

Con su flota "stealth", los yanquis no ganan para disgustos

Aparte del nuevo F-35 que no va ni para atrás y los numerosos problemas surgidos en la explotación del
F-22, ahora resulta que, debido al suministro de oxígeno excesivamente enriquecido (*) así como a otros posibles problemas aún no diagnosticados, todos los pilotos de este novedoso avión de superioridad aérea, el mejor del mundo según dicen, sufren de ataques de tos o bronquitis aguda que se estaría convirtiendo en crónica y alguno hasta se habría suicidado por culpa de ello y no poder dormir.

Pero es que también los mecánicos que trabajan en los hangares en las cercanías de este F-22 sufren malestares no diagnosticados pero que se podrían deber a partículas emitidas por el escape o toberas de esta aeronave que, por lo visto, está resultando altamente tóxica (**).

Con tanta modernidad, que Dios nos coja confesados.

Coronel Von Rohaut

(*) Para remediar los problemas de hipoxia que habían surgido y no resueltos al cien por cien.
(**) Yo siempre había resaltado que, frente a la rudeza del medio en que se desenvuelve la infantería (ver "post" anterior, bastante representativo), los marinos en sus modernos y confortable barcos y sobre todo los aviadores en sus bases de cuatro estrellas, se daban la gran vida, relativamente y dentro de lo que cabe en una guerra. Ahora resultará que solo por estar cerca de un avión moderno ya te puede dar un cáncer...

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