Viendo las carreras de motos y de coches que dan hoy por televisión, me viene a la memoria que una de las características que me encantaban (a mi y a otras personas con las que lo había comentado) de las pruebas de motor, en vivo, era el fuerte y característico olor a
ricino del aceite vegetal, de la marca inglesa
"Castrol", que se usaba entonces en las mecánicas de alta competición y que inundaba los circuitos.
¡Qué tiempos y qué olores! (*)
Coronel Von Rohaut
(*) Como el de "almeja". Menos mal que ahora las señoras se lavan más. Nunca entendí que un conocido mío, bastante mayor que yo y que en paz descanse, dijera que él hubiera fusilado al inventor del
"bidet". Siempre los ha habido de guarros y viciosos...
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