Leo en la prensa que en la población de Salt, casi un barrio de Girona que alcanza una de las cotas más altas de España de población inmigrada, se preguntan si han de volver a abrir los grifos de las fuentes públicas.
Las cerraron en el año 2008 por la actitud incívica (y guarra, añado yo) de muchos de sus habitantes foráneos, que se lavaban los pies en ellas.
Ya sé que lavarse los pies antes de la oración es una costumbre musulmana; pero que se los laven en casa de su puta madre y no en la calle y en una fuente pública que está para beber...
Coronel Von Rohaut
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