Es un ensayo del poeta Charles Baudelaire. Pero existen paraísos reales y tangibles...
Yo, por ejemplo y sin ir mas lejos, esta mañana he madrugado y me he acercado a desayunar a "Can Vilaró" (frente al Mercado de Sant Antoni y del que ya he hablado otras veces) y me he zampado unos riñones de cordero salteados y una ración mediana de cola de ternera estofada, con un vinito clarete de Gandesa.
Y escribo esto mientras contemplo un reportaje de la Polinesia francesa, con sus islas volcánicas como la mítica Bora Bora, y los atolones coralinos del archipiélago de las Touamotou, con sus "lagoons" y sus arrecifes, sus cocoteros y sus cristalinas aguas color azul turquesa... ¡La viva representación de cualquier paraíso soñado!
Pero es que cada uno tiene el paraíso que logra alcanzar...
Coronel Von Rohaut
jueves, mayo 29, 2014
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