Desengañemonos...

é

Los partidos soberanistas catalanes la cagaron y bien cagada, cuando decidieron activar la DUI (Declaración de Independencia Unilateral), "tarde" pues yo estoy convencido que habría triunfado si se hubiese declarado unos años antes, en el 2010/2012 por ejemplo y en plena efervescencia catalanista de grandes manifestaciones multitudinarias (no "tumultuarias" ni violentas, sino extremadamente cívicas y pacificas), y cuando el enemigo castellano-centrista todavía no estaba tan alertado y prevenido...(*). 
Y "mal", teniendo en cuenta la falta de mayoría o base independentista suficiente.

El que yo (y muchos de mis amigos y conocidos) sea independentista desde que me desmamaron, no quita que entienda que muchos habitantes de Catalunya no lo son. Porqué ni son catalanistas, ni siquiera catalanes auténticos, porqué ni se sienten así ni quieren serlo. Los que dicen que también quieren seguir siendo españoles es porqué son españoles del todo y no catalanes; para ser catalán hay que quererlo ser, y entonces eres soberanista, nacionalista e independentista...pues sin estado propio no eres nadie.

De lo contrario eres un español residente en Catalunya (**) y como "okupa". Un parásito no, esto no, ya que trabajas como un cabrón y pagas tus impuestos; parásitos son tus primos, los que se quedaron en tu tierra de origen y viven de las subvenciones estatales, provenientes de los impuestos pagados por los que vivimos en Catalunya; y aquí sí, tanto los unos como los otros, ya que "los Montoros" de turno y sus sanguijuelas hispano-castellanas, nos equiparan a todos a la hora de pagar para que puedan realizar sus proyecto megalómanos...

Coronel Von Rohaut

(*) ¿A qué venía tanta publicidad que "estábamos preparando unas estructuras de estado" que los centralistas rápidamente se han pasado por el forro de los cojones y no solo las han destruido sino que han arrasado con toda la previa y flaca autonomía...? 
¿Tan es así que llego a preguntarme : de verdad de la verdadera que deseaban la independencia?

(**) O un catalán carcomido por el "Síndrome de Estocolmo", que te hace abrazar la ideología de tu secuestrador o enemigo opresor, ocupante por la fuerza de las armas y el derecho de conquista o por la fuerza de la demografía invasora.