Y ahora veo por la tele el "spot" de un producto del que, para enfatizar lo excepcional de sus virtudes, la voz de la protagonista no para de exclamar enfáticamente: "no es posible", "no me lo pudo creer", "es imposible", "no puede ser".
¡Coño, pues si no es posible, que te lo compre tu p... madre!
Cuando yo estudiaba psicología publicitaria, allá por los albores de la época jurásica pero en una época en que la publicidad que se hacía en España (entonces mayormente en Barcelona), conseguía grandes éxitos y premios internacionales, me explicaban:
- Usa siempre que puedas la palabra "¡nuevo!". Es mágica.
- Utiliza siempre conceptos en positivo, nunca en negativo. Explica lo que tu producto hace bién o consigue, no lo que no hace aún que lo que no hace sea algo malo y mejor no lo haga. Siempre "si", nunca "no". El "no" predispone en contra...
Y como ejemplo de ello me ponían un anuncio de un tejido que no se arrugaba que, en lugar de explicar "no se arruga" o "no necesita plancharse", ponían una foto de una plancha eléctrica encerrada en la jaula del loro: porqué su uso ya no hacía falta...
Claro que lo peor es la mentira. Como los anuncios de "crecepelos" que es carne de charlatanes y sacamuelas desde hace siglos. Y si es tan gorda como la del "Somatoline" que te adelgaza y modela tu cuerpo en una noche (o en tres días) ya es "pa cagarse...". (*)
Coronel Von Rohaut
(PS) Muy bueno el anuncio de Coca Cola para el Mundial de fútbol: "Has tenido cuatro años para llenar la nevera..."
(*) No existe ningún producto ni sistema, no hay truco, para eliminar ni reducir la celulitis (que tanto le gustaba al bueno del Rubens, pintor flamenco del barroco) y ver, arriba, a las "Las tres gracias" (?).
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