El "Institut Català de Finances" no tiene un puto duro (de los periódicos). El "Instituto de Crédito Oficial", en principio destinado a facilitar créditos a las pequeñas y medianas empresas, no concede una puta ayuda a nadie (de los periódicos y de la experiencia acumulada): en realidad, el Gobierno hace publicidad de dichos créditos pero no pone ni un real si no que pone los anuncios y les dice a los bancos y cajas que el dinero lo pongan ellos. Claro, como que las entidades financieras estos créditos los han de conceder a un interés fijado por el gobierno e inferior al del mercado, no dan ninguno. Les dicen a los peticionarios que pidan un crédito corriente al banco y exigen tantas garantías, avales e hipotecas, que ningún pequeño industrial alcanza a obtenerlos.
Y mientras, miles de autónomos, pequeños industriales, talleres artesanales, negocios familiares, cierran cada día, especialmente en Catalunya que es donde había más pequeña y mediana empresa, base de nuestra economía, incrementando el paro y la miseria local.
Encima, para que el Presupuesto de Defensa no aparezca como superior a los de Enseñanza, Sanidad, etc., lo reducen artificialmente y luego se financian compras y adquisiciones de material militar con créditos del Ministerio de Industria, Ministerio que está endeudado a más de diez años y al que no le queda dinero para financiar a los empresarios industriales pequeños y medianos.
Industria, en los últimos años, ha financiado a Defensa con más de 14.400 millones de euros. Y Defensa se lo gasta en compras a multinacionales extranjeras o a industrias militares españolas de las que ninguna, repito NINGUNA, está radicada en Catalunya.
Ya hace algunos años, el "buen" Rey Felipe V, el primer Borbón cabrón, prohibió que en Catalunya se fabricasen armas y cerró la fábrica de fundición de cañones, cuyo edificio todavía existe al final de la Rambla de Barcelona, bajando a mano izquierda.
Se siguieron fabricando armas de fuego ligeras en el País Vasco, hasta hace poco en que acabaron de irse todas al garete, por problemas de mercado y de falta de calidad y competitividad.
Cerró hace algunos años la fábrica de cañones de Trubia (Oviedo) al colapsar la industria siderometalúrgica del Norte. Y todas las industrias modernas de armamento están o siguen: las navales de El Ferrol, Cartagena y Cádiz, las mecánicas y pirotécnicas de Sevilla y Vitoria y las aéreas en Madrid, Toledo y en Sevilla. La última que se creó, la de helicópteros militares que el inocente del Joan Clos solicitó se instalara en Barcelona (en el Gobierno español aún se carcajean), se construyó en Albacete, por imposición del manchego Bono, entonces Ministro de Defensa.
También el presupuesto de I+D (investigación y desarrollo) disimuladamente se destina a financiar más proyectos militares que de la industria civil, de los que se podría aprovechar la industria catalana; por lo que no nos llega ni un puto duro.
Como tampoco son solo los más de 20.000 millones de euros anuales de nuestros impuestos que, fruto del expolio de las balanzas fiscales españolas, nos roba el Estado español. También Catalunya aporta a las arcas de la Seguridad Social, cuyas cifras no computan en los Presupuestos Generales del Estado, mucho más dinero del que luego reciben los catalanes, con lo que también por esta falsa vía se financian las pensiones de extremeños y zamoranos y se roba a los pensionistas catalanes que, si dispusieran de todos sus fondos, podrían recibir unas pensiones más acordes con el superior coste de la vida en Catalunya.
Luego, que no extrañe a nadie que, además de las deslocalizaciones y de los problemas de mercado, cada día desaparezca una parte del tejido industrial catalán por problemas financieros, otrora base de nuestra riqueza y que tanto contribuyó al despegue económico de toda España. Ahora ya casi no nos necesitan si no es para seguir robándonos, y dejan que la vaca a la que han estado ordeñando durante décadas, se vuelva tísica.
Coronel Von Rohaut
miércoles, noviembre 25, 2009
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2 comentarios:
Crec que en aquests moments l´unica fabrica d´armes que queda esta a Ripollet: SPS.
D'armes sportives. Armes de guerra, des de fa tres segles no ens en deixan tenir.
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