Una lectora escribe en La Vanguardia que los barceloneses nos equivocamos profundamente cuando nos creemos que vivimos en el mejor de los mundos, en una ciudad "super guay" y puntera, cuando esto no es cierto. Nos miramos demasiado el ombligo y no vemos que muchas de las cosas que admiramos de nuestra ciudad, se encuentran exactamente igual en muchos otros lugares o sea que, no somos tan majos como nos creemos.
Y pone como ejemplo que nos maravillamos de la nueva terminal aérea del Prat, la T1, de la que iguales o mucho mejores las hay en casi todas las ciudades y aeropuertos del mundo.
Y mucho más monumentales, más grandiosas y más eficientes... añado yo. Y también puedo añadir que edificios singulares, con exactamente el mismo perfil, calcados a la Torre Agbar que tanto nos encanta y ponemos casi como icono o símbolo de la ciudad, también los hay en varias otras ciudades e incluso bastante más altos. O sea, de acuerdo en no mirarnos tanto el ombligo...
Pero sobre la terminal aeroportuaria, la lectora señala, como inconvenientes, la grandes distancias existentes entre los mostradores de facturación y las puertas de embarque, con insuficientes cintas transportadoras. Excesivas distancias que yo mismo pude comprobar hace justo un par de semanas. Y que junto a la T1, bastante bonita si bien nada del otro mundo, ella indica que sigue en funcionamiento la antigua terminal, sucia, medio abandonada, todo un desastre tercermundista.
Lo que ignora u obvia esa lectora es que de este ejemplo no tenemos absolutamente ninguna culpa los catalanes ya que todas las terminales, todas las instalaciones aeroportuarias de Barcelona pertenecen, dependen, de la madrileña y centralista organización estatal AENA. O sea, estemos también de acuerdo en no auto flagelarnos tanto...
Y esta misma opinión la tienen muchos catalanes, o desinformados o voluntariamente malévolos que, cuando regresan de Madrid, por ejemplo, alaban los muchos kilómetros de metro que tienen, sus grandes autopistas orbitales gratuitas o cinturones de ronda, su limpieza muy superior a la de Barcelona, sus servicios públicos más económicos, etc. y cargan contra los políticos catalanes, que "mira que los de aquí sí que lo hacen mal...".
Igual que cuando se quejan, con toda la razón del mundo, del Impuesto sobre Sucesiones que el Govern catalán no acaba de suprimir, injusto y hasta cruel y que solo grava a las clases pobres y medias, mientras que no lo tienen ni los vascos ni los madrileños. Pero no tienen en cuenta que la Generalitat no tiene ni un duro y que a veces no tiene mas remedio que aplicar sobre-tasas injustas que no pagan el resto de españoles, para poderse financiar mínimamente. Mientras que los vascos disponen de todos sus recursos propios, que se los quedan integramente y bien hecho que hacen o que los madrileños disponen de los suyos y de los que nos roban a nosotros, que no tenemos ningún control sobre el reparto y destino de nuestros impuestos.
Claro que los políticos de aquí también la cagan en muchas cosas y yo lo vengo diciendo constantemente, alto y fuerte; que son rematadamente malos e ineficientes en muchas mas; que también nosotros tenemos nuestras ovejas negras, dirigentes estúpidos y altamente gilipollas. Pero la mayoría de cosas que la gente, la buena y desinformada gente, critica o responsabiliza a los políticos de aquí, estos tienen poca o nula culpa ya que, o dependen del gobierno central (como el aeropuerto y muchísimas otras infraestructuras) o no podemos realizar como Dios manda por falta de dinero que, previamente, nos han robado, expoliado, desde Madrid y con el que se pagan las cosas que, allí, tan bien vemos y admiramos que hacen para ellos.
Por qué solo con la independencia y soberanía plena seremos dueños de nuestros actos y de nuestro destino y por qué no hay más ciego que el que no quiere ver y sordo que el que no quiere oír.
¡Delenda est Castilla!
Coronel Von Rohaut
domingo, marzo 07, 2010
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