El pasado domingo, a las 5,30 de la madrugada, China lanzó al espacio un cohete orbital, encargado de situar un satélite también de fabricación propia: el 5º de un total de 30 previstos y que han de componer el sistema chino de GPS.
Durante años los USA han venido operando su sistema (Global Positioning System) (mas información clikando encima), que permite que sus bombas guiadas, alcancen sus objetivos con una precisión increíble y bajo cualquier condición atmosférica.
Y han autorizado su uso civil para el resto del mundo, lo que permite encontrar tu camino a casa, sincronizar las transacciones financieras internacionales gracias al servicio horario del GPS, así como llevar los barcos a puerto.
Pero la utilización civil, y gratis, tiene unos (pocos) metros de decalaje o desviación en relación a la utilización militar (o a la de pago), a la que le reservan la máxima precisión (de pocos centímetros). Y, sobre todo, existe el peligro que, en caso de guerra, los USA podrían cortar el suministro de datos a los civiles o a los demás países, lo que dejaría a medio mundo colgado.
Para ello los rusos ya han acabado de situar en órbita su propio sistema, el "Glonass", que comparten con la India. Y también Europa decidió situar el suyo, el "Galileo" y ya ha enviado algunos satélites, pero todavía pocos y lentamente, ya que al ser un servicio totalmente civil y no militar (¿lo dejarán utilizar a los ejércitos europeos?), tiene poca financiación.
Ahora los chinos lanzan el suyo, el "Beidou" o Brújula, lo que les dará capacidad autónoma de dirección de armas y cohetes intercontinentales, en caso de guerra.
Coronel Von Rohaut
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