En una entrada de ayer recordaba yo lo que había hecho, para la moral de la sufrida población inglesa bajo las bombas del III Reich, el film de Wyler "La señora Miniver".
No digamos ya el chorro de patriotismo que había inyectado la, por otra parte, obra genial de 1942, "Casablanca", con Humphrey Bogart y sus frases cínicas y cortantes o románticas ("Siempre nos quedará París...") y que ya he dicho repetidamente que es, posiblemente, mi película preferida.
Pero el cine de propaganda bélica era, mayormente, cine de "hazañas bélicas" donde los buenos eran muy buenos y los malos unos demonios. Uno de los mejores ejemplos, "Objetivo Birmania", con Errol Flynn y ya estrenada al final de la guerra. O, por ejemplo, "Tiburones de acero", con Tyron Power, y muchísimas más que hora no voy a reseñar. Y la mayoría producidas por la Paramount y, sobre todo, por la Warner, cuyos directivos y propietarios, todos judíos, se lanzaron a la lucha con todas las armas de que disponían, y eran muchas de cara a formar la opinión pública.
Pero en el plano más moral que bélico, si bien era un drama situado en un pueblo de Francia durante la ocupación alemana y se retrataba muy bien las tensiones entre "resistentes", "colaboracionistas" y "fuerzas ocupantes", recuerdo la impresión que me causó, cuando la visioné ya más mayor, un film de 1943, magistralmente interpretada por Charles Laughton.
Era "This land is mine", dirigida por el francés Jean Renoir, exiliado en USA e hijo del famoso pintor expresionista Pierre-Auguste Renoir, y que en España (no estrenada comercialmente) se llamó "Esta tierra es mía" y que no debe confundirse con un film banal de 1959, "This earth is mine", estrenada en España con el mismo título de la primera y con la que no tenía nada que ver.
De "Esta tierra es mía" todo el mundo recuerda la escena final, donde el cobarde y pusilánime personaje interpretado por Laughton se rebela o sobrepone y declama una vibrante, humana y patriótica proclama sobre la libertad.
Un texto excelente y el trabajo interpretativo de Laughton en su "speech", hacía que a todo el mundo se le pusiera la carne de gallina, por poco sensible que se fuera...
Coronel Von Rohaut
miércoles, agosto 04, 2010
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