Los "IED" (Improvised Explosive Device) o artefactos explosivos improvisados, que es la forma culta de llamar a las ya muy conocidas y antiguas "bombas caseras", siguen siendo la principal amenaza de los soldados destacados en Afghanistan.
Ya lo fueron en Irak pero allí los americanos las combatieron eficazmente: estaban construidas, mayormente, utilizando bombas aéreas o granadas de artillería no explotadas (de las que están repletos los campos de batalla), a las que se les adosaba un dispositivo detonador mandado por cable eléctrico o por teléfono móvil y a distancia. Con detectores de metales, las tropas americanas limpiaron muchas carreteras y eliminaron tales dispositivos.
Pero en Afghanistan, según cuentan, la mayoría de IED están construidos con lo que llaman "bombas fertilizantes" o sea, bombas caseras hechas con productos químicos sacados o incluso comprados libremente a las fábricas de fertilizantes agrícolas: especialmente, clorato de potasio y nitrato de amonio. Ambos bien conocidos ya que ampliamente utilizados en muchas de las bombas de ETA y que deflagran con una gran llamarada.
Para detectarlas y especialmente descubrir los lugares donde se fabrican, los americanos están poniendo a punto unos sensores que, montados en aviones y en "drones" así como en vehículos terrestres, se dedicarán a "oler" el aire en busca de tales sustancias.
Coronel Von Rohaut
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