El pasado día 25 de agosto, en el Palacio del Elíseo, el Presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy y delante del Primer Ministro, Ministros, Senadores y Parlamentarios, presidió la XVIIIª Conferencia de Embajadores de Francia en el mundo.
Y les dirigió el largo pero excelente discurso, todo un tratado de relaciones internacionales, que se puede leer íntegramente, en francés y en el documento original del Elíseo, clikando en éste vínculo. Lo recomiendo sinceramente.
El discurso es de una altura moral, intelectual y política evidente. Naturalmente, Francia no tiene el poder ni para imponer ni casi para impulsar con posibilidades de éxito muchas de las soluciones o proposiciones presentadas o adelantadas pero, por lo menos, Sarkozy tiene la valentía de exponerlas al mundo.
En dicho discurso confirma que para el 12 de noviembre próximo Francia tomará la presidencia por un año del G-20, y al 1º de Enero próximo, la presidencia del G-8. Y adelanta que a finales de noviembre casi con toda seguridad pues lo tiene acordado con Egipto, tendrá lugar en Barcelona, finalmente, la pospuesta 2ª Cumbre de la Unión para el Mediterráneo (zona sensible y que tanto valor tiene para España).
Esperemos que tanto sus deseos de mayor unidad de Europa y mayor influencia internacional, así como de mejor gobernanza mundial, y que en relación a los temas de anti-terrorismo y seguridad se asemejan tremendamente a las tesis del gobierno de George Bush expresadas en el 2004, y que eran herederas de las teorías de Zbigniew Brzezinski de 1978 (cuando éste era Consejero de Seguridad Nacional de Carter), tengan éxito.
Coronel Von Rohaut
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