Europa, como centro cultural y económico del mundo, hace años que desapareció o, por lo menos, descendió varios peldaños en el escalafón mundial. Se va yendo a la mierda...
Pero como que nuestro lugar lo habían tomado los Estados Unidos de América que, bajo varios parámetros o puntos de vista, eran nuestros hijos o herederos o, cuanto menos y sobre todo para los anglosajones, eran nuestros "primos" (los primos ricos), no nos sentíamos demasiado derrotados ni humillados. Habíamos aceptado que la capital de nuestro imperio era New York y aquí paz y allá gloria.
Cuando queríamos presumir de rascacielos o infraestructuras modernas y hasta futuristas, mostrábamos New York, Chicago y San Francisco, por encima de las bellas y señoriales, pero un poco "fanées", Paris y Londres. Roma, Venecia y toda Italia, eran un museo al aire libre, que se caía a trozos..
Y cuando veíamos triunfar hospitales de Johannesburg o crecer bellas ciudades como Cape Town y, más aún, Sydney, lo veíamos como un triunfo de nuestra civilización expandida y en expansión.
Luego emergieron centros comerciales y financieros como Hong Kong (todavía fruto del colonialismo europeo, especialmente británico) y luego Singapour. Que ahora ya vuelan, y muy alto, por sus propios medios. Son auténticos modelos de ciudades modernas y con unos "sky lanes" espectaculares, hoteles "epustuflantes" y ya muy alejadas del patrón europeo. Y centros financieros de primerísimo orden. A Japón quizás siempre lo consideramos como un fenómeno paralelo pero distinto y distante y sin demasiados rascacielos, en relación a su poderío económico, por culpa del peligro sísmico.
Pero es que ya ahora, metrópolis como Kuala Lumpur en Malasia y ya no digamos Shangaï, Cantón y otras megaciudades chinas con, aparte de rascacielos monumentales, con monoraíles y/o trenes de gran velocidad, autopistas y demás estructuras avanzadas, nos están dejando en la tercera división del progreso mundial.
Y hasta ciudades como las del golfo Pérsico (Dubaï, Doha, Abu Dhabi), si bien sin "cachet" o señorío por demasiado artificiales, levantan sus rascacielos y hoteles, orgullosas de su poderío "petrodolárico", si se me permite el neologismo.
¿Y los europeos". Con suerte y dentro de unos años, todos camareros pero, encima, sin los paisajes del Caribe o la Polinesia...
Y que Dios nos coja confesados.
Coronel Von Rohaut
(PS) De arriba abajo, Kuala Lumpur, Singapur, Hong Kong, Shangaï. El crecimiento ha sido tan brutal que el mismo Singapur, donde estuve no hace tanto años, está irreconocible para mí y ya entonces era una ciudad maravillosa y el hotel donde nos alojamos (el "Shangri La") era, por aquellas fechas, el primero o el segundo del mundo en la escala de lujosos, pero hoy muy superado.
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