La segunda unidad del Boeing X-37B, la creación más secreta de esta firma, lleva ya más de un año en el espacio y, posiblemente, no regrese hasta el próximo abril. Aparte de una reserva de combutible líquido, viaja con paneles solares que le proporcionan gran autonomía de vuelo. Está diseñado, al parecer, para orbitar de forma no especificada durante 9 meses.
Pero, según parece, nadie en el mundo de los especialistas en armamento, aviación o espacio y fuera de sus creadores y los altos mandos del Pentágono, sabe qué está haciendo allá.
La USAF (quien la opera y no la NASA) insiste en que es solamente un aparato de investigación científica, pero otros opinan que puede ser un espía orbital, más específicamente, como un satélite maniobrable. O puede ser utilizado para interferir en otros satélites enemigos. Y aparte que se esté estudiando una versión mayor, igualmente no tripulada y capaz de trasladar carga y/o atronautas a la Estación Espacial Internacional y tomar el relevo de las jubiladas "lanzaderas" o "Space Shuttle", también se cree que esta nave podría ser equipada con armamento.
De momento parece que están modificando sus órbitas para pasar cerca de la Estación Espacial China lanzada el pasado septiembre, si bien esta todavía no ha recibido atronautas residentes.
Coronel Von Rohaut
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