Cada avión de caza que sale del aeropuerto de D'Jamena, en el Tchad, tarda tres horas en llegar al frente del Mali y otras tres en regresar, más el tiempo que se desee de permanencia sobre el objetivo o la zona a patrullar.
Y un caza dispone de 2 horas de autonomía de vuelo (los primeros reactores, como el Dassault Ouragan, tenían solo 20 minutos de vuelo). Por lo tanto, por cada dos aviones de ataque que despegan, sale un avión cisterna como el de la imagen (o bien alguno prestado por los USA, que ya colaboran) y que los acompaña.
Les suministra, en varios reavituallamientos en vuelo y en salidas de 6 horas de duración, un total de 25 toneladas de combustible a cada uno. El C-135 tiene una capacidad de transportar 90 toneladas de carburante pero, con temperaturas de hasta 40º, hay que limitar el peso total de los cisternas, para evitar el peligro de averías en el despegue.
Ello permite cumplir perfectamente todas las misiones que se les encarga a los caza-bombarderos franceses de la guerra del Mali, y que ya han causado muchas bajas a los rebeldes enemigos, preservando las vidas de las tropas en el suelo, que están encontrando, hasta ahora, muy poca oposición armada cuando llegan a sus objetivos.
Coronel Von Rohaut
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