"El Ministerio de Hacienda ha aprobado un déficit asimétrico
para las comunidades autónomas que, sin arreglar nada para Catalunya, sí ha
servido para acusarnos de desleales e insolidarios. Muchos se preguntarán si
tiene sentido que nos acusen autonomías que son receptoras netas gracias a lo
que aportamos. La respuesta es que sí, según la mentalidad española, por ello el
motivo se merece una explicación. Explicación que hay que buscar en nuestro
concepto de igualdad, que presenta peculiaridades que la hacen distinta a la de
cualquier otro lugar. Si la comparamos con los países nórdicos, como Finlandia,
ellos hablan de igualdad de oportunidades, por eso poseen un sistema educativo
excelente que garantiza a todos sus ciudadanos las mismas oportunidades de
salida. En cambio, nosotros, al no valorar la formación, ni la experiencia, ni
el esfuerzo, lo que buscamos es la igualdad de resultados, es decir, una
igualdad a la llegada y no a la salida. Por eso no importa si se trabaja o no, o
si se contribuye más o menos al bien común, lo único que cuenta es que todos
seamos iguales a final de mes. Ello explica por qué no tuvimos ningún reparo en
crear una forma de administrar el Estado basada en el café para todos. Se trata
de un sistema injusto que castiga a los que generan riqueza y premia a los que
no lo hacen, por eso las zonas productivas estamos cada día en un mayor marasmo
mientras las que no producen no han tenido ningún interés en cambiar. Lo que no
hemos tenido en cuenta es que este modelo es antinatural ya que no existe ningún
sistema que funcione así, quizá por eso aquellos que ya lo probaron antes, como
los llamados países socialistas, que castigaron la creación de riqueza y
despreciaron la formación y el trabajo argumentando un supuesto equilibrio
social, hundieron a sus naciones en una mediocridad que acabó por hacerlas
desaparecer."
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