Pero lo peor (y que también era de esperar) es que entre las gentes catalanas, bienpensantes y que se la cogen con papel de fumar, no han dejado de aportar sus posiciones siempre negativas:
- Que si no es oportuno ¿Pero, por Dios, cuando cojones va a ser oportuno para estas buenas gentes del clavel en la mano? Que yo ya tengo 74 años y voy a morir sin ver a los catalanes pasar a la contraofensiva. ¿Cuando hemos de dejar de poner la otra mejilla? Que el Cielo ya nos lo tenemos ganado desde hace siglos...
- Que si es demasiado ofensivo. No, hijos, no. Lo que es demasiado ofensivo es lo que los hispano castellanos nos vienen haciendo y a ver si no hemos de responder nunca con una cierta contundencia.
- Que el nacionalismo catalán ha de ser positivo y, nunca, ir contra nadie y menos contra España. Pero vamos a ver ¿acaso el nacionalismo español no va, siempre y precisamente, contra Catalunya? (*).
- Claro que lo más esperpéntico es cuando, desde la "meseta", la España profunda e integrista, nos sueltan que es mentira y que falseamos la historia. Y lo repiten sin pausa, obviando que los agravios que este simposio pondrá a la luz están reflejados en leyes españolas y decretos del BOE. Que la gran ventaja de Castilla, al disponer de un Estado propio y todos sus instrumentos, es que los ataques y las putadas las ha podido legalizar (y hasta incorporar en la Constitución...), al tener en sus manos una mayoría demográfica y el Boletín Oficial.
(*) Y ahora peticiones de suspensión judicial; que ¡viva la democracia y la libertad de expresión! Y gracias que no hayan enviado los tanques...
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