Yo, que sin duda debo ser muy asno, desde luego no lo entiendo.
Que salgan toda una serie de señoras y señores muy principales, ministros y dirigentes hispano-castellanos y peperos (y sus portavoces, pelotas y lameculos, abrevados en el pesebre gubernamental), felicitándose de lo bien que va la economía española y celebrando con gran algarabía que, dentro de un par de años, habrán menos inscritos en el paro que había hace un tiempo, de verdad que me deja atónito y boquiabierto.
¿Qué tiene de bueno, para nuestra economía, que hayan menos personas inscritas en el paro, cuando esto representa que lo que habrá es menos gente apta y dispuesta para trabajar, al haber regresado a sus países muchos ex-inmigrantes, como los ecuatorianos y otros, hartos de no encontrar trabajo aquí y que ya no cobraban el paro, por lo que han sido borrados de las listas?
Porqué los mismos "lumbreras" (auténticos payasos con todos mis respetos por los profesionales) añaden, a continuación, y lo admiten sin siquiera ruborizarse, que también es cierto que habrá bastante menos gente trabajando, con trabajo, que hace unos años. O sea, bajará el número de parados pero también, y aún más, el de trabajadores en activo y cotizantes. ¿Qué ganaremos con ello? Pues nada.
Lo que representa es que seguirán sin crearse puestos de trabajo suficientes para la población trabajadora activa española que no quiera irse, que sería lo bueno para la economía de cualquier país, color y pelaje.
De verdad de verdad os digo que, el día en que entienda a un ministro español, salvo entender (que esto ya lo entiendo ahora) que es un verdadero embustero, liante, trilero, malvado e hijo de la gran puta, me tragaré un huevo (sin cascara... ¿eh?).
Coronel Von Rohaut
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