Ya hace años un amigo que seguía mis escritos me dijo que le molestaba que yo usara tantas palabras groseras; lo siento pero le respondí que ya al principio de inaugurar este blog expliqué que lo hacía para escribir todo aquello que yo pensaba o creía, fuera o no "políticamente correcto", y para insultar a tumba abierta... a quién lo mereciera y para quedarme descansado. ¡Y a fe que lo cumplo a rajatabla!
Y ahora algunos me siguen recriminando que insulte tanto a los españoles. Y no es cierto que yo les tenga manía, odio ni rencor: la verdad es que yo siento incluso bastante simpatía, casi diría que les amo, a muchos andaluces, manchegos, castellanos, extremeños y hasta murcianos buenos que he conocido (*).
Y me gustan muchas cosas de España: el flamenco (el auténtico o "cante hondo"; el cante grande; no la ratonera "copla" o canción española), el jamón de Guijuelo, el pescaíto con vino fino de Jerez, o Manzanilla Fina Piedra de Gonzalez Byass; la sopa castellana de ajo con huevo y tropezones, el lechazo de Castilla al horno y el ternasco de Aragón al horno o a la brasa (o las chuletillas asadas al sarmiento de la Rioja), la fabada asturiana (**) y "El Quijote" (***), y tantas y tantas cosas buenas, que las hay (algunas un poco escondidas...).
Y hoy, al ver un documental por la tele sobre algunos pueblos, blancos y preciosos, de la costa gaditana, he recordado lo bien que comí por aquella área, en compañía de un compañero de trabajo que conocía la zona mejor que yo (yo conocía más Castilla y León, Galicia y la cornisa cantábrica). En Zahara de los Atunes me llevó a comer, a un elegante y excelente restaurante, un suculento y aristocrático menú de pescado, acompañado de un sencillo vino blanco que cuando bajaba por la garganta, cantaban los ángeles. Me ha costado recordar la marca de tal vino (me empiezan a fallar, no las neuronas, pero sí sus conexiones neuronales, las "sinapsis"); pero me ha venido de golpe, al rato, era el "Barbadillo" de San Lucar de Barrameda.
Pero me tomo la libertad de cagarme en sus muertos, en la puta madre que los parió, de todos aquellos hispano-castellanos (y algunos catalanes bordes y descastados, que hay bastantes) que a mi, como catalán y solo por serlo y sentirme, me dan pol culo de forma continua e inmisericorde. Y no pongo nombres porqué creo que la capacidad de mi servidor de "mails" no me da para tanto... la lista sería inacabable.
Y es totalmente cierto, documentado e inapelable, que España nos roba: más de 16.000 millones de euros al año, que se queda (y luego malgasta, dilapida) de nuestros impuestos. Porqué como ya señaló un sabio, cuando la solidaridad es forzada y no tiene límites (ni en el tiempo ni en el monto o porcentaje del PIB), no es solidaridad, es confiscación pura y dura...
Como dijo aquel aragonés libre y sagaz, el poeta Labordeta: "¡A la mierda!".
Coronel Von Rohaut
(*) Dios, que bien, que gloriosamente se comía en mis tiempos (ignoro si todavía existe) en el hotel-restaurante "El Rincón de Pepe" de Murcia.
(**) España es Asturias, el resto es tierra conquistada... (como decía un conocido mío, asturiano)
(***) ¿Será cierto, como afirma el historiador Bilbeny que, igual que Cristobal Colón, Cervantes era catalán y se llamaba Sirvent, y que lo escondió por culpa de la persecución, ya entonces, de la Santa Inquisición castellana?
Yo tiendo a creérmelo: los castellanos de las élites gobernantes, como las dinastías de altos funcionarios del estado, son tan rematadamente traidores y malvados..., tan "joputas".
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