Me niego a aceptar

Que haya un islamismo radical y mal entendido que sea causa de los desmanes de los terroristas que matan, degüellan y ponen bombas, y de los integristas que niegan la escolarización a las niñas, visten a las mujeres como fantasmas y les mutilan los genitales.

Porqué esto sería aceptar que hay un islamismo bueno.

Y no es cierto, el Islam. todo el Islam, es ponzoñoso desde su inicio por parte, no de su Profeta, si no de su inventor, creador y propagador, el Mahoma.

Religión mahometana que no existiría sin los manejos de éste fanático que ya, desde el principio, decidió que su difusión tenía que realizarse, más que por el convencimiento y la razón, por la espada. La espada de Mahoma.

Y de esta forma conquistaron toda la península arábiga, invadieron la Judea romana, Egipto y todo el Mahgreb, desde donde saltaron a la Hispania visigoda y cristiana, que se zamparon en un santiamén y crearon Al Andalus, mayormente con la ayuda de los bereberes islamizados del Norte de Africa, los moros. Y por Francia intentaron llegar a toda Europa si bien, en la batalla de Poitiers del 732, el franco Charles Martel (en la imagen) derrotó a los Omeyas del Emir de Córdoba, Abd Ar-Rahmân (Abderamán) y frenó su avance.

El nieto de Charles Martel, el emperador Carlomagno, aseguró el Imperio Carolingio y creó, en Catalunya, la Marca Hispánica o sea, la frontera entre Occidente y la España musulmana. Y es por ello que nosotros, los catalanes, no formamos parte de la España primero musulmana y luego castellana.

Y ahora tendremos que recurrir al Capitán Trueno (*) que con su espada cortaba muchas cabezas sarracenas y moras...
¡Que esto viene de lejos...!

Coronel Von Rohaut

(*) Si hoy todavía se editaran las historietas del "Capitán Trueno", los terroristas volarían su redacción y matarían a los autores del "comic", como han hecho con los de "Charlie Hebdo". El Capitán Trueno, en su escudo, lucia dos barras rojas por culpa de la censura franquista (como había confesado su autor) que prohibió que luciera las cuatro barras catalanas del escudo de Aragón, como él quería.