sábado, enero 20, 2018

El terror de Sir Winston Churchill

Más que el dominio aéreo y los bombardeos alemanes de Inglaterra durante la IIGM, que los pilotos de la RAF resolvieron con bravura, el terror de Churchill era que la Gran Bretaña, una isla que recibía de fuera todos sus recursos, quedara aislada por mar.

El primero de dichos terrores era la presencia del poderoso acorazado "Bismarck", recientemente botado y en funciones de corsario (*) de la imagen superior, y al que Churchill puso todo su empeño en hundir y neutralizar justo al empezar la contienda. Lo que consiguió en una brillante operación de la Royal Navy.

Luego, la mayor amenaza y que estuvo a punto de colapsar a Inglaterra cuando todavía luchaba sola y sin la presencia absoluta de los americanos, fue la campaña del Atlántico llevada a cabo por la flota submarina, los U Boote de la Kriegsmarine del almirante Doenitz.

Que también se resolvió gracias a:

  1. La Ley de Prestamos y Arriendos con la cual los americanos, todavía oficialmente neutrales, cedieron a los "primos ingleses" decenas de pequeños destructores o buques de escolta (encima) para los convoyes marítimos.
  2. La aparición y extensión del radar que ayudaba a la localización de los buques germanos.
  3. La rotura de los códigos de encriptado de la máquina "Enigma" que permitía descifrar los mensajes enviados a los submarinos y facilitar su localización. 
  4. La llegada, con los americanos, de los pequeños portaaviones de escolta que daban cobertura aérea a los convoyes y destruyeron definitivamente los sumergibles alemanes.
Coronel Von Rohaut

(*) Con una sola primera andanada de su artillería principal (con dirección óptica de tiro "Carl Zeiss") mandó al fondo del mar al crucero de batalla "HMS Hood", (encima) orgullo (inmerecido...) de la Royal Navy; disponía de cañones de buque de línea pero no tenía casi blindaje.

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