El desembarco de Normandía fué, también, un excepcional logro logístico para, a medida que el frente iba avanzando a través de Francia, alimentar en víveres, municiones y particularmente combustible, a las unidades combatientes sin que se rompiera la cadena de suministro que partía de las playas del desembarco y puertos marítimos posteriormente conquistados (especialmente Cherbourg) y donde llegaban las provisiones desde los puertos de Gran Bretaña.
Cuando fuí a hacer la mili un compañero que venía de un pueblecito de Normandía por el que pasaba una carretera por el centro, me dijo que, a pesar de ser casi un crío, se acordaba perfectamente que durante semanas y semanas
una caravana interminable e ininterrumpida, un convoy, de camiones del ejército americano, los míticos
"GMC", de 2,5 toneladas y 6 x 6 ruedas, pasaban de día y de noche por debajo de su ventana y con dirección al frente.
Esta caravana pertenecía a la llamada operación
"Red Ball Express".
Coronel Von Rohaut
(PS) Llegó a operar 6.000 vehículos que transportaban más de 12.000 toneladas diarias de suministros. Funcionó durante 83 días (en que las carreteras estuvieron cerradas al tráfico civil), hasta que se pudo abrir el puerto comercial de Antwerp (Ambères) en Bélgica y redirigir la carga mediante las muy bombardeadas pero rápidamente reparadas líneas férreas francesas.
Precisamente la contraofensiva nazi en las Ardenas, dirigida por el mariscal Von Rundstedt y llevada a cabo, entre otros, por el coronel de las Panzer SS,
Joachim Peiper, en la imagen (culpable de masacres de prisioneros americanos) iba principalmente dirigida a reconquistar dicho puerto mediante una operación de pinza, y colapsar el avance aliado.
El
"3rd Army" de
Patton (y la
101st Division Airborne, que luchó bravamente en la sitiada ciudad de Bastogne, en la Batalla del Bulge) se lo impidió.
La operación logística fue diseñada con urgencia por el Alto Mando Americano y la mayoría de conductores eran negros americanos o afro-americanos como se dice ahora.
A pesar que el Comandante del Desembarco terrestre era el mariscal ingles Sir Bernard Montgomery, éste no era demasiado apreciado por sus dotes logísticas, contrariamente al Comandante Supremo Aliado, el general Eisenhower, de quien el general Douglas McArthur que lo había tenido bajo sus ordenes en Filipinas, dijo que era el
"mejor contable que había tenido".
Coronel Von Rohaut
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