Mucho se ha hablado que ningún político catalán de cierto rango se desplazara a la India para el entierro del dirigente de una ONG, el ex-jesuita Vicente Ferrer.
Y se le clasifica continuamente de "catalán universal" cuando , por lo que veo y leo, jamás se hizo llamar, ni en su círculo íntimo, como Vicent o Vicenç (*), si no que siempre se presentó como Vicente. No solo no se hizo modificar el nombre en su DNI (cosa que tampoco yo he realizado por el engorro que representa) si no que jamás lo cambió en su uso diario y que, al parecer, ya le iba bien figurar como español y ser amigo de la reina de España. Incluso en la esquela, escrita en castellano, de su Fundación y en un periódico de Barcelona, aparece como Vicente. (**)
Luego, me parece muy bien que ninguna institución catalana se desparramase en su entierro ya que personas "buena gente" fallecen a diario y no vamos a todos sus funerales.
Y también me parece absurdo que ahora quieran promocionarle para la concesión del Premio Nobel de la Paz. Que le den un Nobel de la Caridad, si existiera, me parecería correcto. Pero ¡de la Paz! ¿Qué guerra ha evitado o ha ayudado a detener?
Igual que de aberrante me pareció en su día que le dieran el Nobel de la Paz a un terrorista corrupto y baboso como el Yassir Arafat, que confío se esté pudriendo en el puto infierno de los moros...
Coronel Von Rohaut
(*) Salvo en algún medio de aquí, más papista que el Papa.
(**) Ninguna comparación posible con el obispo de una diócesis brasileña, nacido en Balsareny (Catalunya) y entregado a la defensa de los indígenas, Pere Casaldàliga.
miércoles, julio 01, 2009
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