Esta mañana me preguntaba yo como coño habrá conseguido la perra de casa que, practicamente, toda la familia (¿la manada?) vivamos a su ritmo.
Ella toma su pienso a sus horas exactas, por ejemplo, la comida a las dos menos cuarto y si estoy despistado y no me acuerdo, a la hora en punto (¿como coño sabe la hora?) se me queda mirando fijamente, con cara acusadora, y si no reacciono me pone la pata sobre mi pierna.
Pero al poco rato de haber tomado su ración de pienso, que no desdeña en absoluto, y sobre todo por la noche, a base de ladridos y "pressing" casi físico, exige que cenemos nosotros sabedora, como es, que algo le caerá a modo de "resopón".
Obviamente tiene siempre agua en su fiambrera, en el baño. Pero a veces me llama desde la puerta del baño y, o bien se le ha acabado y reclama, lo que es normal o, habiendo agua, lo que pide es que le abra el grifo para beber agua fresca directamente del grifo. Es muy señorita...
Luego tiene sus horas de paseo. Por la mañana entre once y doce del mediodía y si estoy distraido leyendo el periódico, viene a posar su morro sobre mi pierna para recordarme que es su hora de visita al parque cercano.
También estando en casa, tanto mi hijo como yo, abstraídos en el ordenador y si hace rato que no le hacemos caso, con el morro se dedica a levantarnos el antebrazo de la mano con la que manejamos el "mouse" del ordenata. Exige su rato de atenciones personales. Cando me pongo a leer la prensa, no; le digo "venga Ishka, vamos a leer el periódico" y se sienta tranquilamente en el sofá, frente mio, y permanece quieta para no molestar. De momento, todavía no me ha pedido nunca que le cuente las noticias del día. Es lo suficientemente lista para saber que los medios de comunicación solo dicen mentiras.
Y a partir de las diez, diez y media de la noche, harta ya de convivencia familiar, se retira a su rincón del sofá y deja de existir. Para bajar a hacer la ultima meada antes de irme a dormir, tengo que despertarla yo. Bueno, salvo cuando mi hijo se levanta para irse a dormir a su habitación en cuyo momento, automáticamente, ella también se levanta y se va detrás suyo, sin rechistar.
¡ Que bien vive la puta perra... y que mal la hemos criado !
Coronel Von Rohaut
domingo, febrero 21, 2010
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