Un contra-almirante de la US Navy decía hace poco que "la marina ya está llegando al límite de sus habilidades para acertar a piezas de metal maniobrando en el cielo, con otras piezas de metal maniobradas por nosostros". Y que las armas hipersónicas o de energía dirigida eran la única solución de futuro para contrarrestar los futuros missiles (que, al parecer, China está probando...).
Y los marinos americanos, al igual que los demás cuerpos como la US Air Force y demás, están ansiosos de disponer de armas que, un día, puedan abrasar a missiles cayendo del espacio sobre sus barcos o disparar balas de fuego a velocidades hipersónicas y a miles de millas de distancia.
Los técnicos decían que todo ello no estaría disponible hasta el año 2020 pero, ahora, parece que ha sufrido un retraso "sine die" o incluso su cancelación momentánea. El comité de las fuerzas armadas del Senado americano, al aprobar el nuevo presupuesto de defensa para el 2012 que alcanza los 664,5 miles de millones de dólares (lo que es una burrada de tres pares de cojones) pero que son 6,4 miles de millones menos de lo solicitado por Obama, se ha cargado todos los programas de desarrollo de super-lásers y "rayos de la muerte".
Coronel Von Rohaut
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