En los años 30 Adolf Hitler le encargó al ingeniero Ferry Porsche el diseño del Volkswagen o "coche del pueblo". Éste cogió un compás y dibujó un semicírculo perfecto, con una línea recta debajo en la que hizo dos huecos, también semicirculares, para el paso de ruedas. Y en un arco de la curva dibujó una muesca, donde iría el parabrisas de la parte delantera. Ya estaba dibujado el Volkswagen al que equipó con un motor trasero, un boxer enfriado por aire, y transmisión trasera, todo ello para disminuir partes mecánicas y posibles fuentes de averías. Y sin junta de culata lo que requería que culata y cárter estuvieran perfectamente planeadas, lo que entonces solo estaba al alcance de la mecánica alemana.
Al terminar la guerra, el señor Porsche cogió un Volkswagen y le pegó un puñetazo encima (virtualmente) para aplastarlo y ya tuvo su "Porsche 356", que luego descapotó, convirtiéndose en un mítico coche deportivo.
El Renault 4CV (aquí conocido como "cuatro cuatro"), fue un diseño posterior de Volkswagen cuyos planos, al terminar la contienda, fueron entregados a Francia como compensación de guerra. Igual que los planos del motor de aviación a reacción de BMW, el "Jumo", que se convirtió en el "Atar" francés que equipó, evolucionando, desde el primer caza a reacción francés, el Dassault "Ouragan" (que lo probó), hasta los "Mystère" y "Mirage". El actual "Rafale" lleva unos motores ya bastante distintos y que deben algo a la tecnología de la americana General Electric.
Precisamente cuando los judíos compraron aviones franceses y luego, cuando el General De Gaulle les aplicó un embargo militar, siguieron fabricando el "Mirage" en Israel (con el permiso del señor Dassault, que era judío y de nombre original, Bloch), sustituyeron el motor "Atar", que reventaba en vuelo algo más de la cuenta (...todos tienen fallos), por el americano "General Electric" que era más eficiente.
Coronel Von Rohaut
No hay comentarios:
Publicar un comentario