sábado, mayo 05, 2012

Stendhal y yo, con perdón


De su gran novela (una de las mayores de la literatura francesa según algunos) "La Chartreuse de Parme" de Stendhal, cuyo verdadero nombre era Henri-Marie Beyle, siempre me hizo gracia el surrealismo de su título o lo "cachondo mental" que era su autor, ya que dicho edificio solo sale al final de la obra y no pinta absolutamente nada ni en la trama, el argumento ni ningún posible simbolismo. Un "crack" el tío...

No leí nunca su otra gran producción literaria "Le rouge et le noir". Libro que estaba en la biblioteca de mi padre (muy inferior a la de mi tío materno, el anarquista) y donde posiblemente era el libro de más "qualité". Me fuí de casa muy jóven y cuando mi padre falleció lo busqué pero seguramente se había perdido en un cambio de domicilio. Y no tuve ocasión de leerlo ni, quizás, me interesó ya demasiado.

Lo más interesante de "La Cartuja de Parma" es, sin duda, el despiste de su protagonista, Fabricio del Dongo, que estuvo en el centro de la Batalla de Waterloo, un hecho histórico trascendental, pero no se enteró de nada. Esto sí que es una metáfora excelsa...

Viene a cuento todo lo anterior al leer que uno de los biógrafos de Stendhal afirma que éste no sufría a los tontos, odiaba a los que le aburrían y no sabía diferenciar entre un malvado y un pesado.

Con todo el respeto y salvando todas las distancias que son muchas y casi insalvables, pues igüalico, igüalico que un servidor. Prefiero un sinvergüenza inteligente que un tonto de baba, por buena persona que sea. Y si se trata, que hay muchos, de un pobre imbécil que no sabe que lo es y se toma por un listo o, peor aún, por un intelectual, ya entonces se me caen los cojones...

Coronel Von Rohaut

1 comentario:

interbar dijo...

Recuerdo, mi coronel, que tuve que leer en francés para el colegio el Rojo y Negro, pero como se solía hacer, en los maristas, con leerte una reseña bastaba. Luego lo empecé a leer en español, pero no lo pude terminar. Si dice que es legible la Cartuja de Parma también está en casa y lo leeré. Sí leí, de Stendhal, un ensayo sobre el amor que se lee rápido y es muy bueno, suponiendo que se pueda pontificar sobre eso.