Leo en la prensa una crítica, sensata, sobre la duplicidad de estaciones meteorológicas (que tienen un coste) en Catalunya. Cuando se creó el Servei Català de Meteorologia no solo no se cerró la delegación en Catalunya del Servicio Nacional, si no que su red de estaciones e instalaciones no ha parado de crecer.
Naturalmente que los funcionarios catalanes hubieran podido suministrar sus datos al servicio español para que éste siguiera teniendo una necesaria información global del territorio de todo el estado. Pero no quisieron. Luego el señor Rajoy dice que hay que recentralizar para ordenar y evitar duplicidades...
Y me viene a la memoria una anécdota que me contó, en su día, el Jefe del Servicio Catalán de Transito, nombrado por Pujol cuando Catalunya todavía no tenía transferidas las competencias sobre la circulación. Este dirigente había sido fichado por Pujol de la Jefatura Nacional de Trafico en Madrid, donde era el sub-jefe. De momento, se limitaba a realizar campañas publicitarias, televisión, etc., sobre temas de seguridad viaria y es cuando tuve tratos con él; era un buen funcionario que conservaba amistades en Madrid. De todo el material publicitario, panfletos, folletos, displays, etc. que se confeccionaba aquí, les mandaba una cantidad a Tráfico de Madrid, por si querían repartirlos, aprovechar las ideas, intercambiar información, etc. Le llamó uno de los amigos (él me lo contó personalmente), que allí conservaba, que le dijo "oye, no te molestes en seguir mandando nada ya que tengo órdenes superiores de ni siquiera abrir los paquetes y tirar a la basura todo lo que se reciba de Barcelona".
De igual forma, recuerdo que todas, todas las autonomías españolas, tienen transferidas las competencias sobre "Cultura". Pero el Ministerio de Cultura de Madrid no solo no ha cerrado (ni los de Sanidad ni Enseñanza, también transferidos) si no que ha conservado todos, todos sus funcionarios de plantilla, y su presupuesto no ha parado de crecer. Lo que la Presidenta de la Autonomía de Madrid, la "Espe", agradece de todo corazón y ella si que está dispuesta a devolver todas las competencias ya que el Ministerio no ha dejado jamás de pagarle todos los gastos, todas las inversiones que, en cultura, se hacen en Madrid y que son casi todas las de España (museos, muchos y valiosos, caros museos; bibliotecas, teatros, orquestas sinfónicas y óperas, etc.).
Vaya por delante que soy el primer convencido que en España sobran autonomías. Es más, de las diecisiete existentes, catorce o quince no debieran haber sido creadas jamás. El café para todos, método espurio inventando por un ministro andaluz para diluir, disolver y desnaturalizar en un magma común, la particularidad de las dos o tres autonomías que, realmente, la deseaban y la solicitaban para encarrilar sus personalidades distintas (que es, precisamente, lo que se quiso evitar con el maldito, demagogico y populista, caro y derrochador, café para todos).
Y ahora, naturalmente y como no podía esperarse menos de un gobierno centralista y ultranacionalista español, no pretenden corregir el error si no cargárselas todas y, especialmente ya que de esto se trata, las de los "nacionalismos periféricos", enemigos de la España Una y Grande, común y castellano-mesetaria.
Son unos hijos de puta y juro por el Dios que está en los cielos que el día que encuentre un insulto más sonoro y más grave que éste, dejaré de utilizarlo para no malgastarlo como llevo tiempo haciendo.
Coronel Von Rohaut
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