Este mineral raro y escaso (actualmente el 60% de su producción mundial procede de la China) es empleado, por su dureza y resistencia al calor, en herramientas de corte y, también por su peso y densidad (pero, a diferencia del uranio, no tóxico), en municiones de guerra, por lo que es un material de valor altamente estratégico.
Existían importantes minas en Galicia y, durante la IIGM, el general Franco, en compensación a la ayuda que le habían dado los nazis en la Guerra Civil española, le dió a Hitler el monopolio de las extracciones gallegas.
Debido a los altos sueldos que se pagaban en aquel sector minero (y también al contrabando que se realizaba) las gentes de aquellas comarcas manejaban mucho dinero fácil y abundaban las timbas de juego, los altercados y reyertas a tiros, parecidos a los que habían imperado en California en la época de la Fiebre del Oro.
Ahora una empresa minera australiana quiere hacer prospecciones en el Pirineo catalán (que vive del turismo) y los habitantes se oponen por los daños ambientales (la minería extractiva produce muchos deshechos y cambios en el paisaje). Temen una nueva Fiebre del Oro...
Ya veremos, pues es difícil oponerse a los adelantos técnicos y sus necesidades y a las ventajas económicas (también se buscaría oro y cobalto, éste muy necesario para la industria electrónica y la telefonía móvil).
Coronel Von Rohaut
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