Me cuentan que cuando la Consellería de Interior se trasladó al edificio del Paseo de San Juan esquina Diputación, que había sido la sede de Aguas de Barcelona (hoy trasladada a la Torre Agbar), el Conseller actual, el proto-homínido y pre-lúcido ejemplar de Dino-Saura, se gastó una inmensa cantidad de caudales públicos, procedentes de mis impuestos y de los tuyos, en reacondicionar el edificio pero, por ejemplo, arrancando el bello jardín romántico que lo presidía y plantando una nueva decoración vegetal que no se ve ya que, por seguridad (¿a quién teme, este Don Nadie?), hizo rodear toda la finca de una gran valla que cierra la vista al público.
Pero es que, además, se hizo construir un inmenso despacho en una gran sala rectangular que, por lo que me han dicho, se podría equiparar al grandioso y solemne despacho que Adolf Hitler tenía en la Cancillería del III Reich, construida por Albert Speer en la Vossstrasse...
Claro que Hitler era un dictador megalómano mientras que el Dino-Saura va por la vida de progre pijo-ecologista sostenible, amigo de los altermundistas, okupas y marginales pero al que quizás, si le rascas la piel, saldría su pasado comunista, stalinista y totalitario,
Coronel Von Rohaut
domingo, septiembre 20, 2009
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