Con motivo del desfile de la Plaza Roja de Moscú hablé del Día de la Victoria que los rusos celebran el 9 de Mayo, los aliados el 8 (Día de la Victoria en Europa Occidental) y de la firma de la rendición alemana, en Reims, que tuvo lugar el 7 de Mayo de 1945.
Pero tal día como ayer, el 10 de Mayo de 1940, Hitler daba por concluida la "drôle de guerre" o guerra de broma (como la llamaron los franceses) durante la cual los alemanes se habían zampado Polonia (origen de la contienda), Dinamarca y Noruega, pero las tropas alemanas y franco-británicas, en el flanco sur y en la frontera de Holanda, se habían limitado a vigilarse mutuamente hasta que, considerando que ya estaba preparado, ese día inició la invasión de Holanda, Bélgica y Francia, dando comienzo la campaña del Oeste.
Y Winston Churchill, ante el fracaso de Chamberlain, era nombrado Primer Ministro del Reino Unido, hasta la victoria final en 1945.
Pero antes, justo el día en que se declaraba oficialmente la guerra a Alemania, el 1º de Septiembre de 1939, Churchill, que había estado los ultimos diez años en ostracismo por su particular forma de ser y rebeldía frente a los anquilosados dirigentes de la época, era llamado y nombrado, por segunda vez en su larga carrera, Primer Lord del Almirantazgo, equivalente, en la ampulosa jerga político-diplomática de la Gran Bretaña, Ministro de Marina .
Y aquél mismo día, desde el Almirantazgo, el alto estado mayor de la Royal Navy, se enviaba un telegrama a todos los barcos de guerra británicos que surcaban todos los océanos del planeta, con una sola frase "Winston is back". Churchill ha vuelto y nos vuelve a mandar uno de los nuestros, ya que nadie había luchado tanto como él para intentar que, antes y durante la I Guerra Mundial y durante los años de entre-guerras, la marina real británica conservara algo de su pasado poderío.
Siempre me han gustado las frases aceradas y directas, como las que pronunciaban el General Patton, a veces el mismo General De Gaulle, Napoléon por descontado, pero quizás, las más sagaces, las de Churchill, un poco más retóricas y barrocas. Pero la mejor no fue suya, si no de sus mandados, ayudantes y subordinados, que confiaban en él y celebraban su regreso.
"Winston is back"
Coronel Von Rohaut
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