¡Cagüendiez con la puta España!

Ya no son solo los 22.000 millones de euros anuales que España nos roba a los catalanes a través del expolio fiscal, más los millones también retraídos a través de la balanza fiscal de la caja de la Seguridad Social (que es independiente de las otras cuentas del estado y también deficitaria con Catalunya y los trabajadores catalanes).

También son los 1.450 millones de euros que el estado nos debe del Fondo de Compensación y que este año no nos ha querido adelantar sumados, ahora, los 750 millones de la disposición adicional tercera del Estatut, dinero que nos ha de ser transferido por ley y que, sencillamente, se lo pasan por el mismo forro de los cojones y no los envían. Y aquí paz y se quedan tan panchos.

Y en un estudio publicado hoy se explicita que, durante los últimos 5 años, Fomento solo ha terminado, en Catalunya, un 10% de las obras e infraestructuras cuya financiación se había pactado. O sea que no se puede culpar a los actuales recortes debidos a la crisis...

Hace 25 años y en su libro "Narració d'una asfixia premeditada", ya lo adelantaba Ramón Trias Fargas. Y la demolición económica de Catalunya por parte de la España de matriz castellana se va realizando de forma inexorable.

Y los imbéciles y tarados de CIU, el Mas y sus acólitos cagados e indignos, dicen que si no llegan los dineros que el estado nos debe tendrán que hacer más recortes...

¡Pero hijos de la gran puta! ¿Por qué en lugar de recortarnos todavía más a los pobres habitantes de este malhadado rincón no le plantáis cara a quien nos roba de forma descarada e impune?

Y si encima seguís negociando con los gobernantes españoles, antes los ladrones y malcarados ineptos del PSOE y ahora con los sinvergüenzas y no menos chorizos del PP, los catalanes tendríamos que pedir formalmente la creación de un Tribunal Especial, una especie de Corte Marcial de Emergencia Nacional en la que seáis juzgados por Alta Traición y, con todas las garantías legales y penales, condenados a ser fusilados (*).

Coronel Von Rohaut

(*) O, por lo menos, desterrados con indignidad y deshonor. Los catalanes; los españoles no ya que no pueden ser acusados de traidores. Ellos son el enemigo ocupante y solo se les puede acusar de desleales cuando dicen que los catalanes somos españoles y que todos somos iguales; y monstruosamente cínicos cuando lo dicen mientras nos roban y se nos mean en la boca...