Con los cantos a la necesidad imperiosa e inaplazable de la unidad fiscal de Europa, la unificación de los impuestos de sociedades, la creación de un gobierno económico único para el euro y la homogeneización o supervisión de los presupuestos estatales anuales (incluidos los presupuestos autonómicos), se ve venir que pronto, muy pronto, en España se levantarán voces airadas y malignas (alguna ya lo ha hecho y yo lo he leído) diciendo que frente a este "tsunami" unificador ¿a donde van a parar los conciertos fiscales españoles, forales y privilegiados, y las demandas catalanas de pactos fiscales particulares entre Catalunya y España? Que no ha lugar y menos ahora que nunca ya que se ha acabado la autonomía económico/fiscal y que hemos de ir todos hacía la uniformización.
Y lo entiendo. Y lo asumo. Y habrá que plegarse a los vientos de la historia. Y estoy plenamente dispuesto (a la fuerza ahorcan) a que Catalunya tenga sus cuentas controladas desde fuera. Pero desde Bruselas y por Europa. O incluso directamente por Berlín y París.
Jamás, pero jamás de los jamases, desde Madrid ya que desde la Cueva de Alí Babá no nos emparejan ni unifican. Desde allí solo nos roban, insultan y saquean.
¡ Que no es lo mismo, rediez... !
Coronel Von Rohaut
2 comentarios:
El problema es que si se pierde ahora el control de la presión fiscal, ¿cual será la manera de incrementar la competitividad de la economía?
Lo que digo es que no bajo el control, la bota, de Madrid (Madrid como concepto, no como población habitada por buenas y bravas gentes...).
En Catalunya con estado propio y soberano.
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