En todos los gobiernos españoles (o casi) y ya desde tiempos del General Franco, siempre ha habido un "ministro catalán" que, para más recochineo, era siempre un ministro sin cartera y que se sentaba en los Consejos de Ministros cual florero y solo para cubrir la "cuota catalana".
Durante muchos años lo fue Don Pedro Gual Villalbí, un rancio economista que fue Secretario del Fomento del Trabajo y asesor de los fabricantes textiles de Sabadell, y que era más franquista que Carmen Polo.
Pero ahora el tío Rajoy riza el rizo y sitúa, como a "cuota catalana" y en el Ministerio del Interior, a Jorge Fernández Díaz que, nacido en Valladolid e hijo de un militar franquista y creo que navarro, tiene de catalán lo que mis cojones de gladiolos perfumados. (*).
Ya que además de haber nacido (que sería lo primordial) o vivir y trabajar en Catalunya, hay que querer serlo de catalán. Y, ante las dudas, hay que demostrarlo ya que por sus hechos les conoceréis.
Coronel Von Rohaut
(*) Porqué aquella frase que son catalanes todos los que viven y trabajan en Catalunya es falsa de toda falsedad por más que la pronunciara el padre Pujol. Pues ni se puede considerar catalán al que, por ejemplo, siendo directivo y nativo finlandés de Nokia y que, como Director de su filial en España, vive (provisionalmente) y trabaja en Barcelona, como tampoco al que nacido en tierras hispanas y de un linaje al que, como a Don Blas Piñar, hasta el General Franco le parecía un poco rojillo, estudió y luego vive a ratos en Catalunya, donde representa a una empresa extranjera como es España.
Y sin negar que el Fernádez Díaz, Jorge, parezca mas dialogante y menos energúmeno que otros "peperos" ilustres, incluso que su hermano pequeño, el Alberto, "periquito" furibundo y que de joven iba con un bate de béisbol en el coche, persiguiendo catalanistas, como buen ultra-derechista español seguidor de Blas Piñar o de los Guerrilleros de Cristo Rey; biografía que luego ha escondido...
jueves, diciembre 22, 2011
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1 comentario:
Recuerde, mi coronel, a López Rodó que es, sin duda, el mejor y más influyente funcionario que ha tenido España.
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