O dolor causado por una inflamación del hueso del codo y también conocido por "codo del tenista". Que yo adquirí por unos ejercicios gimnásticos, con pesas, mal realizados (inventados por mi mismo, craso error), y para reforzar un poco el brazo para mejorar mis puntuaciones en tiro de pistola; la cagué...
Una periodista escribe hoy que ha ido a 15 sesiones de rehabilitación prescrita por su traumatólogo, pero que le sigue doliendo.
Mi asistenta doméstica también lo acaba de sufrir (no por jugar a tenis si no por barrer y fregar). Después de una rehabilitación con la Seguridad Social, se ha operado el codo (por recomendación de la misma Seguridad Social). Le sigue doliendo igual (ella, optimista, dice que quizás un poquitín menos).
Yo estuve 2 años o más con un eminente traumatólogo que me recomendó sesiones de onda corta, de rayos láser, y de periódicas infiltraciones de novocaína. Todo inútil hasta que, en contra de mis principios, fuí a ver a un curandero de pueblo que me curó, en poco tiempo, a base de cataplasmas de hierbas calientes (*).
Coronel Von Rohaut
(*) Además, me tocaba los pies y rezaba mirando a una imagen de la pared, pero yo no creo que esto me hiciera nada... lo digo de verdad...
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