Los imbéciles habituales, los cavernícolas de la meseta, braman que los catalanes que quieren prohibir las corridas de toros en Catalunya (y en toda España, añado yo, con perdón...) lo hacen por un posicionamiento catalanista frente a la "Fiesta Nacional", símbolo español.
Y, a su vez, defienden su perpetuación como signo de identidad nacional "española", que "por cojones, los nuestros".
Quizás si que algunos catalanes preconizan la supresión de la "Fiesta" para desmarcarse de España, con lo que ignoran que, no hace muchos años, era una celebración muy habitual y tradicional en nuestro propio país.
Pero también era, en nuestro país, habitual el ir a contemplar como ajusticiaban a "garrote vil" a los delincuentes condenados. Y en París se hacía cola para disfrutar de las gracias de "Madame la Guillotine". Pero los tiempos cambian, los pueblos se civilizan y hoy ya no serían de recibo los espectáculos del "Circo Romano" a los que tanto se parecen las corridas de toros bravos.
¿Acaso son incapaces de comprender, estos mastuerzos españolistas, que lo que nos mueve a la mayoría de prohibicionistas (muchísimos españoles, por cierto) de la tortura y sacrificio cruel de unos pobres animales indefensos y unicamente por ocio y distracción, es sencillamente un acto de civilización y progreso? (*)
Que estamos en el Siglo XXI, salvajes de mierda...
Coronel Von Rohaut
(*) Y que conste, como ya he manifestado en anteriores entradas, que a mi me gusta el arte del toreo. Como me gusta follar y cagar y no lo voy haciendo por la calle, porqué no se hace (salvo algunos incívicos o bárbaros que sí lo hacen, pero ya les daría yo...)
lunes, julio 26, 2010
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2 comentarios:
No soy un gran aficionado a los toros pero voy en las fiestas en mi pueblo. Me atrae el aspecto ancestral tan unido al Mediterraneo y a su historia y lo vistoso. En relación con el bienestar animal sigo a Ortega y creo que sin fiesta no habría toros bravos desde luego he visitado mataderos con veterinarios y estoy curado de espanto por otro lado en el mundo que vivimos con tantas personas sin derechos no parece lógico hablar de derechos de los animales. Cuando Zapatero las prohiba tendremos que ir a Francia, a Nimes como en el pasado iban al cine a Perpiñán.
Defender el derecho de los animales a no ser torturados ni sacrificados salvajemente después de crueles sufrimientos para el esparcimiento de unos pocos, nunca será impedimento para defender el derecho de las personas y, además, es gratis.
Ah, y Nîmes es muy bonito....
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