El mundo siempre, un día y otro día de cada uno de todos los días, está en guerra. Los conflictos humanos y muchas veces sangrientos están siempre presentes en uno u otro lugar, si bien la mayoría no disfrutan de los focos de la actualidad, de la visibilidad que les puedan dar las televisiones y las primeras páginas de los periódicos, la "une" que dicen los franceses.
Una de estas guerras (y claro que no es la única, ni siquiera en la misma zona o áreas limítrofes), es la que lleva a cabo la LRA (Lord's Resistance Army) o Ejército de Resistencia del Señor, un grupo de rebeldes fanáticos y apocalípticos, dirigidos por el líder Joseph Kony y que aterroriza a las poblaciones de Sudan, República Centroafricana y, especialmente, República Democrática del Congo (*) cuyo ejército, (mal pagado, mal nutrido, mal instruido y mal dirigido a pesar de algunos esfuerzos como en la foto, por unos oficiales corruptos a veces más peligrosos que los mismos rebeldes), es incapaz de controlar.
Y el LRA, formado, como últimamente es ya muy habitual en la de nuevo salvaje África, por una mayoría de adolescentes previamente secuestrados y luego asilvestrados, se dedica sistemáticamente a los asesinatos, secuestros, violaciones colectivas, y al pillaje más cafre y feroz.
Algunos, en los USA, se preguntan si deberían intervenir y enviar fuerzas militares. No lo hagáis, tíos, que os volveréis a empantanar. Casi mejor, y que Dios me perdone, dejar que se maten entre ellos. A menos que sean tan importantes, que los son, los intereses en las materias primas de aquella rica región, una de las mejor dotadas por la naturaleza en minerales estratégicos.
Coronel Von Rohaut
(*) Lo de "Democrática" es para reír, si no hiciera llorar. Y antes Zaire y todavía antes Congo Belga, propiedad privada y cruelmente explotada por el rey Leopoldo II hasta el año 1908, en que la cedió al estado de Bélgica.
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