En su artículo de hoy en "El Magazine", mi admirado Quim Monzó ataca (como yo y, por Dios, que nadie lo tome como un querer compararme) el uso desbocado de eufemismos y subterfugios a que obliga lo "políticamente correcto", lo "estúpidamente puritano y farisaico" diría yo.
¿Por qué a los que siempre habíamos conocido por "gordos", lo que es una descripción y no un insulto, hay que llamarles obesos, o que tienen sobre peso? ¿Por qué los ciegos los cuales, pobres, no por eso dejaron de serlo, pasaron a llamarse invidentes; los paralíticos llegaron a ser discapacitados físicos, personas con movilidad reducida y personas con discapacidad funcional, después de pasar por inválidos y luego minusválidos, sin que nada llegara cumplir los requisitos de lo suficientemente "correcto"? Pero ¡coño!, un cojo sigue siendo un cojo y un manco, un manco (como Cervantes y no debería haber mayor gloria).
Y yo soy un viejo, un puto viejo, y si alguien me dice que estoy en la tercera edad o en la edad de oro, me cago en su puta madre; que seguramente sería una puta, una ramera, y no una "alegre mujer de vida fácil", que esta sí que era buena y no voy ahora a contar el chiste que acompañaba a esa definición (*).
Y los negros son negros por el color de su piel; y los maricones será por que les gusta o por un desgraciado desequilibrio hormonal, y me revienta que ahora les llamen "gays", que quiere decir "alegres" y alegre me considero yo que, de maricón, tengo lo que mis cojones tienen de geranios. Y en Catalunya, "Mestre en gai saber" era el título otorgado al ganador de los "Jocs Florals" o concurso de poesía, para concurrir al cual no hace falta ser maricón si bien, en algunos casos, parece que esto ayuda...
Y en América, "caucasianos" los blancos, "afroamericanos" los negros, e "indígenas" o ahora "nativos americanos" a los indios o pieles rojas. Menos mal que conocí a un americano, que residía en una especie de rancho en Arizona que, en su contestador automático, cuando le llamabas y él no estaba, salía una voz diciendo "Sorry, we are fighting indians" o sea, lo siento, estamos cazando indios. A este, lo "políticamente correcto" se la traía muy floja.
Coronel Von Rohaut
(*) Bueno, sí, lo cuento:
"En una redada la policía detiene a una prostituta que estaba ejerciendo en la calle y la lleva a comisaría donde el comisario la interroga para hacer la identificación. Y le pregunta:
- ¿profesión?
y ella responde:
- puta
y el policía le dice:
- mujer, no seas tan bruta, dí, por ejemplo, "mujer de vida alegre"
y la prostituta responde:
- ¿vida alegre la mía, hijo de puta, y a las cuatro de la madrugada se la estaba chupando a un borracho?"
domingo, septiembre 19, 2010
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