¡Pero qué rematadamente cerdos hijoputas son los gobernantes hispano-castellanos y cuán gilipollas, retrasados y cagados, son los políticos catalanes!

Todo el mundo, medianamente informado, honesto y sin prejuicios, sabe que si Catalunya dispusiera de sus recursos, que son sistemáticamente expoliados por el gobierno central castellano, no tendríamos que hacer ningún recorte (*) a nuestro sistema de bienestar social (sanidad, enseñanza o educación, pensiones, etc.) y dispondríamos de mejores infraestructuras (autopistas, ferrocarriles de Alta Velocidad y de Cercanías y Regionales, aeropuertos, puertos, etc.) que nos permitirían encarar con mejores posibilidades cualquier mejora y adelanto en nuestra economía, superar cualquier crisis....

Pero lo actuales políticos catalanes, de vuelo gallináceo (como adjetivaba Josep Plá), cortos de vista y sin visión amplia estatal o de "grandeur" o, simple y llanamente, unos cobardes cagados de miedo, en lugar de luchar por el dinero que España nos roba (a través de nuestros impuestos, pagados a España y que no nos son devueltos más que en una ínfima e insuficiente proporción), o ni siquiera reclamar con fuerza aquellos que nos debe o sea, no ya los muchos que nos roban si no los pocos, pero bastantes, que nos deben según leyes aprobadas, son reconocidos, pero se niegan a abonarnos, se conforman con que el Gobierno nos reconozca (de momento solo es una promesa, leve e indefinida) un pequeño incremento en el margen de déficit. O sea, se conforman con que nos dejen endeudarnos un poco más, hundirnos un poco más en la mierda...

¡No, señor Montoro, no queremos su caridad ni que nos permita incrementar nuestro nivel de deuda pública. Queremos lo que es nuestro, pero todo!

Coronel Von Rohaut

(*) Los recortes para el 2013 que nos exige el gobierno para cumplir con el actual margen de déficit permitido a las Comunidades, es de más de 4 mil millones de euros.
Los "putos castellanos", a través de sus voceros y correveidiles, se pasan el día gritando con aspavientos, por todas las cadenas de radio y televisión, que los catalanes malgastamos, nos gastamos los dineros de "todos los españoles" (lo que es falso de toda falsedad, es una infamia y una falacia decir que sean dineros de ellos), en embajadas (falsas embajadas, que son oficinas comerciales), en ayudas a la enseñanza del catalán o la lengua catalana, a la TV3 o televisión en catalán (¡pero qué rabia les da el catalán!), etc.
Pero es que si cerrásemos todas las "embajadas", todas las radios y televisiones en catalán, así como todas las escuelas concertadas o subvencionadas, todas las universidades, todos, absolutamente todos los principales hospitales de la red pública sanitaria catalana, etc., ni así conseguiríamos reducir los más de 4.000 millones de euros exigidos.
Solo se reducen disponiendo de todos nuestros impuestos, que nos son robados por Madrid... ¡Maldita sea!