martes, junio 04, 2013

La guerra, o cuando se pierde su sentido último

Este "post" ha sido redactado, de forma resumida por mí, tras los razonamientos expresados por el analista militar americano Peter Nealen y que los ha titulado "El Coste de las Guerras Limitadas".

Von Clausevitz decía que la guerra es "Un acto de violencia para obligar a nuestro oponente a cumplir nuestros deseos". Fuerza física para someter al enemigo,

Nacida con la Guerra Fría, la obsesión por las "guerras limitadas", sustitutas de las temidas "guerras totales" por miedo a una posible aniquilación nuclear (quizás exagerada) fue un error y el espíritu de benevolencia que impedía aplicar toda la fuerza fue otro error, ya que los oficiales al mando de las operaciones no tomaban sus decisiones de acuerdo a las necesidades del combate si no a las ordenes de unos legisladores que querían una guerra más humana. Cuando la guerra es, de por sí, inhumana. La guerra es muerte, violencia y horror.

Las "guerras limitadas" en el Sudeste Asiático, África y América Latina eran unos sucedáneos para no enfrentar claramente el Bloque Comunista. Lo que ya antes hubieran hecho gustosos, Patton primero, y luego McArthur...

Ya antes que Von Clausevitz, Aristóteles decía que la guerra y su propósito se definía por la victoria. Pero ya a partir del Vietnam y ya antes en Corea donde no se quiso atacar la retaguardia donde se cocinaba la contienda, el concepto de victoria total, como se había entendido en la Guerra contra la Alemania "nazi" y el Imperio Japonés (*), se transformó en otra cosa.

Las actuales "Rules of engagement" o normas o reglas de combate, son tan restrictivas que se convierten, muchas veces, en suicidas para el atacante. Es la famosa definición de muchos soldados en Vietnam que decían que se les había obligado a luchar con un brazo atado detrás de la espalda.

Cuando en Irak y después de dos años de "combates mayores" los americanos declararon el fín de la guerra contra Saddam, se encontraron con un pueblo que no se consideraba que había sido vencido. No se había producido suficiente destrucción para conseguir su sometimiento y a los iraquíes no les habían impresionado los "fuegos artificiales" americanos de la guerra. Por ello la guerra sigue, con atentados sangrientos (en la imagen) y total inestabilidad política. Igual ha ocurrido en Afghanistan y lo mismo pasará en Siria.

A la guerra, si se considera que hay que ir, se va a vencer; con todas las consecuencias y toda la destrucción que sea necesaria para obtener el sometimiento del enemigo. Como ocurrió en Japón y Alemania, y así conseguir que los enemigos consideren la guerra como un último recurso al que acudir; que se lo piensen dos veces.

Coronel Von Rohaut

(*) Guerra total, de frente y a sangre y fuego, hasta la aniquilación del enemigo.

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