Hace poco el profesor Mas Colell, conseller de economía, confirmaba con datos oficiales contables españoles del año 2010, lo que ya hace décadas que sabemos, y es que cada año miles de millones de euros recaudados en Catalunya, de los catalanes y personas que aquí viven y cotizan y hablen lo que hablen o vengan de donde vengan, se van a España para no volver y yo lo reproduje aquí y lo publicó la prensa.
Pues bien, esta mañana mismo un conocido locutor de radio, de una emisora madrileña importante y de cobertura nacional, todavía seguía afirmando, con voz suave y templada, eso sí, que ¿como se lo haría una Catalunya independiente "para pagar las nóminas y las pensiones de los catalanes, SIN LA AYUDA DE ESPAÑA"?
Y el muy carajo se quedaba tan "pancho", tan tranquilo después de soltar tamaña falacia y sin despeinarse ni ruborizarse.
Si de verdad los catalanes sobrevivimos gracias a la ayuda de España y los españoles, de lo que ellos se quejan siempre, no entiendo como no nos dejan caer. Nos dan no ya la independencia si no, al menos, un concierto fiscal como el vasco-navarro, y que tengamos que vivir con lo puesto, de lo nuestro. ¿Pero de verdad tanto nos quieren los españoles a los catalanes, tanto nos aman de forma desinteresada, que no pueden vivir sin ayudarnos? Debe de ser un auténtico "amour fou", un amor loco que hace que se quiten el pan de la boca para darnos de comer.
De verdad que estoy profundamente conmovido. No sé si hoy podré dormir pensando en tanto sacrificio, tanto desprendimiento, tanta bondad y solidaridad. Pero es cierto que al Rajoy, si te lo miras bien, tiene una cara de la Madre Teresa de Calcuta que echa pá tras.
He dicho Calcuta, no "mala puta", que hablaba del Rajoy y no de las Sorayas, Cospedales, Aguirres, Matos y demás pupilas del burdel de la calle Génova. Este lenocinio o lupanar de Madrid por el que han campado a sus anchas los macarras y chuloputas como el Aznar, el Bárcenas, Zaplana, Wert, Trillo, Arenas, Margallo y tantos y tantos otros, cuya lista se haría inacabable (*). Y que visitan asiduamente todos los banqueros, altos funcionarios, financieros, constructores, y demás asistentes al palco del Real Madrid. Los puteros habituales...
Coronel Von Rohaut
(*) Y sin entrar en el otro burdel famoso, el de la calle Génova. Es que en Madrid, entre burdeles y cuevas de Alí Babá, aquello debe ser la hostia.
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