Hace años y en una correspondencia publicada entre Don Miguel de Unamuno y Joan Maragall (el abuelo-poeta), ya se citaba una solución ibérica formada por la federación de España, Portugal y Catalunya (*). Imagen satelitaria captada por la NASA en invierno del 2003.
Pero que se lo vayan a decir esto ahora a los soberbios y prepotentes españoles de hoy mismo (y de siempre)... Las carcajadas madrileñas se escucharían en el mismo cabo da Roca, el punto extremo más occidental de la Europa continental y cerca de Lisboa. Ellos, los españoles, solo aceptarían una absorción pura y simple de Portugal (un regreso al redil castellano) tal y como vienen intentando con Catalunya desde los tiempos de la Maricastaña.
Coronel Von Rohaut
(*) En lo que ambos coincidían es en la simbiosis galaico-portuguesa que yo y aquí ya algunas veces he defendido como solución a la lengua. La actual normalización del gallego (que suena a castellano que te cagas, salvo cuando lo hablan entre sí dos paisanos de la Galicia profunda), es de risa.
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