Durante la segunda guerra mundial, campañas del Pacifico, desembarco de Italia, Normandía, etc., los soldados, trasladados en buques de transporte de tropas o cargueros, subían a las lanchas de desembarco, de fondo plano, que los tenían que llevar hasta las playas, pasando por la borda y bajando hasta las lanchas, acostadas al buque principal, por redes o escalas de cuerda. Operación peligrosa y lenta, sobre todo debido al estado de la mar y cargados con toda la impedimenta.
En la actualidad, los soldados suben directamente a las lanchas, que pueden entrar a la rada interior del casco de los buques de desembarco modernos, dotados de un portón posterior y que pueden inundar dicha cala interior para entrar y salir fácilmente a nivel del mar. Como se aprecia en la foto del LPD Siroco, de la clase Foudre. Pero estos buques y sus lanchas auxiliares, mayormente, se usan para desembarcar blindados, vehículos y carga paletizada ya que los soldados, al tratarse casi siempre de operaciones de pequeña o mediana envergadura (nada que ver con Iwo Jima o el desembarco en Omaha Beach), lo hacen mediante helicópteros que también pueden despegar directamente de los buques de desembarco.
Y una curiosidad. En la otra foto, la bandera francesa de la Marine Nationale. Mientras que el pabellón nacional está formado por tres bandas de igual anchura, azul, blanco y rojo, con el azul siempre al lado del mástil, la bandera o pabellón de la marina tiene las proporciones 30/33/37, a partir del Segundo Imperio (Napoleón III). Esta modificación se hizo para corregir un efecto óptico y que la bandera apareciera como de proporciones iguales cuando flameara al viento en la popa de un navío ya que de lo contrario, con las ondulaciones producidas por el viento, cada vez mayores a medida que se alejaba del mástil, las ultimas bandas aparecían como más estrechas.
Coronel Von Rohaut
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